martes, 31 de agosto de 2010

¿Qué pasa con Claudio Bieler?

Se completaron cuatro fechas del torneo y el delantero santafecino aún no se reencontró con el gol, como tampoco con sus compañeros en el circuito de juego. El recuento global del jugador con la camiseta albiceleste continúa en déficit.

Cada vez que arriba un futbolista al “Mundo Racing” se le suele pronosticar de manera automática y previsora, seis meses de adaptación a modo justificativo, por si el rendimiento del profesional en cuestión termina siendo bajo o no acorde a lo esperado.

El caso de Claudio Bieler no es la excepción y el plazo normativo de su estadía en Avellaneda tuvo su fecha de vencimiento el pasado 30 de junio, cuando del torneo Clausura no quedaban migajas y se disputaba la Copa del Mundo.

Su intervención en el once inicial de Russo podrá tener opiniones encontradas, explicaciones de su poca participación en la creación y otros argumentos que dejan exento al jugador de un mal rendimiento individual, así todo, el balance del ex goleador de Liga de Quito es pobre frente a la riqueza de su excursión en Ecuador.

Las comparaciones, en general, son poco felices, pero la institución contrató a un reconocido goleador, exponente en el torneo ecuatoriano, lo que manifiesta que no buscó los servicios de un desconocido, con miras de un posible estrellato a largo plazo.

Los motivos de su anomalía con el gol podrán mantenerse ocultos entre miles de razones: falta de motivación, encontrarse en un fútbol distinto al que dejó, la presión de hallarse en un grande de Argentina, etc.

Es indiscutible, por otra parte, que la incómoda realidad del protagonista se ve enmarcada en una falencia colectiva notoria, que en su funcionamiento parece no tener en cuenta a su referente en el área o al menos no ha sido inteligente, hasta el momento, para dejarlo de cara al gol.

Está claro que Miguel Ángel Russo, máximo responsable de explotar las virtudes de sus dirigidos, ordena la posición del atacante en un radio pequeño y limitado: el corazón del área, sólo ese hábitat. Lo que evidencia aún más la pérdida de movilidad del involucrado, desmarque continuo y remate desde media distancia, por mencionar ejemplos.

Hasta aquí, los números son discretos para Bieler: 23 partidos jugados, 6 goles convertidos. A la espera de una mejora inmediata, el público académico no toma en cuenta su escaso desempeño, al contrario, no desiste de apoyar su lugar en el equipo, al igual que este periodista.

Quedará en el propio delantero abandonar el letargo y auto abastecerse dentro y fuera del área, si es que no abunda el alimento de un buen asistidor.

Matías Echeverría
matias@identidadrc.com.ar

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