martes, 31 de agosto de 2010

EL ROJO NO EXISTE (Delirios de una noche de verano) De Víctor Molina

Para una inmensa mayoría el rojo no existe, es real esto ? Después de de una ardua investigación he llegado a esta revelación : EL ROJO NO EXISTE.

Y si no lo creen veamos esto: remontándonos a 1830 aproximadamente, Don Juan Manuel De Rosas comandaba los destinos de nuestro incipiente país, la bandera que usaba para diferenciarse de los unitarios era la famosa divisa punzó la tropa que manejaba eran Los Colorados del Monte, jamás nadie escuchó que dijeran los rojos del monte.

Don Atahualpa cantaba, no hay pago como mi pago, viva el cerro colorado, jajaja se imaginan a don Ata cantando viva el cerro rojo ?, y al sur de la Provincia de Buenos Aires corre el Rio Colorado, ah y los yanquis tienen su famoso Cañón del Colorado, también su estado del Colorado y nosotros tenemos al Chaco con su tierra colorada.

Demás esta decir que si vemos una linda pelirroja no faltara quien diga: que mina esa colorada !, es mas, tengo un amigo al que le dicen el colorado Santamaría.

Ahora bien, de donde viene esta fantasía del rojo? Bueno yo creo que debemos ubicarnos unos 100 años atrás, el año exacto ha quedado en la nebulosa del tiempo, si, se sabe que ocurrió en los meses de diciembre y enero, un verano tremendo azotaba Buenos Aires, la capital se derretía de calor, no existían ni el aire acondicionado y menos el freezer, los porteños corrían al rio a los hermosos balnearios, hoy eso sería imposible por la gran contaminación existente, distinto era lo que ocurría por los pagos de Avellaneda, allí los insolados llenaban los hospitales, la demanda de compresas de agua fue incalculable, no tenían el rio como los porteños para refrescarse y el riachuelo ya no era muy recomendable, los frigoríficos ya se estaban instalando a sus orillas.

Los insolados comenzaban a delirar y el calor aumentaba, las fabricas de hielo hacían su agosto en pleno enero, los insolados en sus delirios empezaban a ver colores intensos (y no era la sicodelia, eso vino años mas tarde con los Beatles) en sus delirios decían que veían todo rojo, por su puesto un color que ellos solo veían en sus mentes afiebradas.

Pasada esta ola de calor, de la que ya mucha gente ni se acuerda (bueno, muchas personas de esa época ya no quedan) lo que sí queda, es la leyenda de que existía algo rojo, pero que lo habían visto aquellos pobres afiebrados, y la leyenda como toda leyenda se va agrandando y nutriéndose cada vez mas por las generaciones que siguieron a aquel verano, que descendiente va a decir que su antepasado en un momento de su vida le habían expulsado por unos días “algunos jugadores”, es probable que de allí venga aquello de la tarjeta roja, o la famosa zona roja donde pululan unas lindas locas.

Algunos, una vez repuestos de la tremenda insolación tuvieron la idea a titulo de recordación de juntarse y formar un cuadrito de futbol con una camiseta que al decir de cualquier empleado de pinturería era de color bermellón, pero para ellos en medio de su delirium tremens era color rojo, así fue que con el correr de los años lograron ganar algunos campeonatos y varias copas pero que en realidad de mucho no les servía, porque internamente saben que el rojo no existe.

Es probable que por esta causa se los ve siempre con un rictus amargo en sus caras, tan es así que sus vecinos de barrio, de ciudad y también de otros lugares se compadecen de ellos y tratan de ayudarlos siendo caritativos, y para contagiarles la alegría que siempre tienen se los ve a estos vecinos, a menudo desparramar kilos de azúcar sobre sus calles o cabezas, nada mas que para infundirles un poco de felicidad, y he aquí donde se ve nítidamente lo amargo de sus vidas porque en lugar de agradecer se enojan y ofenden, en fin hay un refrán que dice: no hay comedido que salga bien, pero estos vecinos, alegres y dicharacheros siguen obedeciendo a otro refrán que dice: has el bien sin mirar a quien.

Como en cualquier barrio existen las envidias y se cree que esto también influye en esa eterna amargura, porque sus vecinos ostentando siempre una sonrisa y una felicidad a flor de labios lucen siempre con orgullo y con una pasión inexplicable unas camisetas celestes y blancas, el celeste del cielo y el blanco de la pureza y porque estos colores existen desde que el mundo es mundo y en nuestro país desde la creación de la bandera, y también fundaron un club con estos colores reales, y fueron siete años seguidos campeones en el amateurismo, fue en esos años que le pusieron el mote de Academia, y con seguidores famosos como Carlos Gardel, Franchela, Andino, Bonelli, Porcel, Mirta Legrand, Sergio Renán, Chico Novarro, Guillermo Fernández, Sergio Denis, Eladia Blazquez, José Colángelo, Ulises Dumont, Leopoldo Federico, Rubén Juárez, Atilio Stampone, Horacio Acavallo, Lito Cruz, Fernando Lupiz, y tantos otros, y como en toda familia o barrio también hay algunos innombrables famosos, la oveja negra que le dicen, y a estos directamente los olvidan para no empañar esa alegría contagiosa del encuentro de unos con otros.

Buceando en la historia para seguir buscando el porque de tanta amargura de estos vecinos nos encontramos que: esta academia de futbol, en el profesionalismo gana tres campeonatos seguidos y se transforma así en el primer y único tricampeón de la historia algunos para empañar esto dicen que River también es tricampeón y no es así es una falacia dado que La Academia los ganó jugando partido y revancha, y River en los campeonatos actuales gano un campeonato y medio porque son solo de ida. Años mas tarde pasa a ser el primer campeón del mundo, el primer campeón de la Súper Copa, y aún en sus peores años la alegría de su gente no decayó y esta misma gente salvo a La Academia a que algunos innombrables de turno la destruyeran. Y por su alegría, empuje y pasión fue nombrada la hinchada del siglo, una hinchada que ganó el Oscar, justamente de la Academia, por su participación en la película El Secreto De Sus Ojos.

Claro, para los vecinos esto es demasiado, porque aun habiendo ganado varias copitas saben íntimamente que sus colores no existen que son fruto del delirio y la fiebre que nos cuenta la leyenda, que no se pueden igualar a sus vecinos que aun perdiendo gritan, ríen y festejan por esos colores que los une, que les alcanza azúcar para endulzarlos, que les presta la hermosa casa Racinguista para que jueguen y que no pueden llenar como ha demostrado Racing su poderoso vecino que llenó ese estadio y otro el mismo día y en misma hora, y termino para no seguir cargando las tintas sobre la amargura y delirios de estos vecinos, a los que hay que ayudarlos a recapacitar y mostrarles la realidad, para que no sigan en ese delirio que los lleva inexorablemente a la amargura, porque como dije al principio EL ROJO NO EXISTE.

Víctor Molina e-mail: studiovictor@hotmail.com

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