domingo, 27 de marzo de 2011

Perdieron todos


Los errores individuales condenaron a Racing. La goleada 4-1 de Lanús dejó al desnudo los aspectos negativos del plantel: sin recambio, sin arquero y sin variantes en el fondo ante ausencias que conocen el sistema. ¿Por qué se mantuvo el esquema?

Racing ganaba 1-0 y no sabia bien el porque. Ese tiro libre de Toranzo fue apenas un espejismo en la tardecita del sur. No solo para Pato, que no pudo nunca tomar las riendas del partido, sino para todo el equipo (incluido el cuerpo técnico). Los locales buscaron por un solo lugar: la derecha del fondo racinguista. Y aunque iban abajo en el resultado, sabían que por allí lograrían ponerse a tiro. Una experiencia que ya vivió el equipo de Russo, pero el revés, cuando hace dos fechas la Academia insistía en buscar con Hauche la zona de Quiroga (Colón). Mal no les fue.
Sin poner en duda la capacidad del DT, me surgen algunas reflexiones, y partir de las mismas una conclusión: Se sabía de antemano que jugaría Aveldaño como stopper derecho, un central mediocre en una línea de cuatro bien cubierta; por la salida sorpresiva de Martínez ingreso Nicolás Sainz (que salto de sopetón y no trabajó el duelo mentalmente) y Cahais, habitual stopper izquierdo, ocupó el lugar que dejo Chaco. Con todas estas variantes, muchas para un plantel corto y sin experimentados en campo, Racing ganaba 1-0. Sin embargo, lejos estaba de jugar bien y la defensa de mostrarse convincente. ¿No era el momento, sabiendo los vaivenes defensivos, de retocar la delantera e incluir a Zuculini para armar la línea de cuatro defensores y explotar los espacios de arriba con Hauche y Teo? Porque tampoco venía derecho en el partido Yacob y lejos estaba Toranzo de adueñarse del medio. Pillud, Aveldaño, Cahais y Sainz; Zucu, Yacob, Licht, Toranzo y los dos mencionados podría haber sido una posibilidad para, no tirarse atrás y ser catalogado como defensivo, sino porque las falencias propias condicionaron el resultado del partido.
Y en este sentido guardo responsabilidades para el DT, que se sabe lógico y apostador al sentido común. En esta ocasión lejos estuvo de dar en la tecla. Solo algunos minutos tuvieron que pasar para que quede en evidencia la capacidad futbolística de Aveldaño como defensor en una línea de tres y los inconvenientes que debía sortear permanentemente Yacob con el juego que le proponían a sus espaldas. La ausencia de Martínez fue notoria y expuso la importancia de su figura en el equipo. Russo tardó, como ante Estudiantes, de meter mano en el equipo para sacar el juego adelante. Es cierto, viene de dirigir planteles de hombres que dentro del mismísimo partido resolvían sobre la marcha. Este Racing es distinto, requiere de su muñeca permanente desde el costado. Otra a favor: no tiene arquero. Y lo sabe. Algunos recordaran que antes del inicio del torneo anterior solicitó los servicios de un guardavalla y los dirigentes confiaron en De Olivera. No más palabras. No solo le hacen goles porque no sale sino bajo todas las posibilidades, en donde se ponen de manifiesto los errores técnicos/conceptuales. A Racing le hicieron ocho tantos en lo que va del Clausura y, directa o indirectamente, tuvo ingerencia en siete. Apenas excluimos el de Magiolo, ante Olimpo.
Van siete fechas y ya se perdieron tres partidos, varias derrotas para un elenco que pretende dar lucha arriba hasta las últimas consecuencias. Demasiado para aquel que desee con llegar a lo máximo.
www.racing.com.ar

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