lunes, 2 de noviembre de 2009

Racing ganó, gustó y goleó


Racing goleó por 4 a 0 a Atlético de la provincia de Tucumán y consiguió su primer triunfo al cabo de doce jornadas. En la impresionante actuación en el Cilindro de Avellaneda, los autores de las conquistas fueron Lugüercio, Caballero, Desvaux en contra (luego expulsado) y Aveldaño. El equipo, como hace tiempo no sucedía, jugó un brillante primer tiempo y se fue ovacionado en la lluviosa tarde de sábado.


Un desconocido Racing llevó a un presente sin victorias, último en el torneo Clausura y con once jornadas sin alegrías. El mismo desconocido Racing gestó una tarde para nunca olvidar. Ante un rival directo, lamentablemente, en la lucha por evitar la Promoción, el conjunto de Juan Barbas sacó a flote todo su amor propio, aquel que no se había demostrado en ninguno de los partidos anteriores.

Jugadores que venían siendo criticados por propios y extraños, como Mercado, Aveldaño, Cahais, Lucero y Caballero, jugaron el partido de sus vidas. La semana en la que se frustró la llegada del DT alemán y el primo vecino reinaguró su estadio, Racing se concentró en Racing y el equipo demostró que se puede sacar la situación adelante con fútbol, porque hoy Racing jugó al fútbol. Racing jugó a la pelota. Racing jugó a los pases. Racing trianguló, tuvo combinaciones, asociaciones, sus laterales se proyectaron, Castromán se colocó el traje de conductor y los delanteros convirtieron e inquietaron durante todo el encuentro.

A partir de estas premisas, a los 6 minutos el gol llegaría. El marco de gente no era el ideal por el pésimo clima que reinó en la tarde de Buenos Aires. Sin embargo, el público presente pudo deleitarse con el quite de Matías Cahais en el medio, su desborde por izquierda y el centro por bajo que puso para que Caballero ensayara, fallidamente, un taco y la pelota quedase para su tocayo Lugüercio, que tocó el balón y venció la resistencia de Ischuk.

Racing ganaba y el Cilindro se preparaba para la fiesta mayor, que se aumentaría cuando a los 12 un centro cayó al área tucumana y Martínez se la bajó a Yacob. El capitán aguantó la pelota entre varios hombres visitantes y pudo encontrar a Pablo Caballero, que tras un remate en el palo buscó y ganó el rebote para poner el tranquilizador 2 a 0.

Al estar el piso muy mojado y veloz, la visita encontró a través del remate de larga distancia un buen argumento para llevarle peligro a De Olivera. Primero fue Pereyra, luego Erroz y finalmente el Pulga Rodríguez quienes exigieron al arquero de la Acadé. No obstante, el ex Chicago siempre respondió de buena manera y con el correr del tiempo fue tomando confianza y comenzó a atrapar la pelota en lugar de rechazarla con los puños o dar rebote.

Lucas Castromán se paró como enlace de los puntas. Cuando el equipo lograba manejar la pelota por bajo, el ex Vélez y Boca controlaba los hilos y hacía jugar a sus compañeros. Con esta idea de juego, Racing mantenía la ventaja y podía ampliarla porque penetraba la defensa contraria sin demasiadas complicaciones. Lo demostró Caballero, que recibió en la medialuna del área absolutamente desmarcado y remató al palo. Lo propio realizó Castromán, pero contuvo Ischuk. Otro grito ahogado, adecuado con la gran cantidad de agua caída, fue el desborde de Castromán y desvío de Caballero que tapó el arquero.

Los silbidos y murmullos de fechas anteriores se confundían en meros aplausos. El público no podía creer cómo el mismo elenco que hace siete días daba pena ante Lanús, podía estar jugando un primer tiempo de semejante nivel. Y aún quedaba más, porque otra vez por izquierda se generó la conquista. Cahais descargó en Lucero, que encaró con confianza en diagonal pero la pelota se la llevó por delante el central Desvaux con tanta mala suerte, para él, que agarró descolocado a Ischuk y dio el equivocado pase a la red. Una jugada entre Lugüercio y Castromán casi termina con el cuarto, pero el disparo de Lucas dio en el palo.

Las gargantas y palmas académicas estaban al rojo vivo cuando Baliño pitó el final de los primeros 45 minutos. No alcanzaban los elogios para el trío atacante. La efectividad que no se logró en todo el campeonato llegó el día indicado en el momento justo. Racing ya tenía en el bolsillo el 50% de los goles que había anotado en once fechas.

El complemento lo tuvo como protagonista esporádico a Atlético. Su entrenador movió el banco de entrada y le cambió la cara al golpeado Decano, que venía de siete fechas sin sumar de a tres. Paró una clara línea de tres en el fondo, cuatro volantes y tres atacantes. Pese a tener la pelota, no podía vulnerar la defensa académica y por eso era estéril cada avance. Sólo Rodríguez intentó de afuera pero De Olivera sacó su carnet de arquero y embolsó sin problemas la pelota.

Si bien no estaba definido para jugar de contra, Racing se retrasó en el campo y salía rápido a través de Castromán, Lugüercio, Caballero y algún que otro compañero más que se sumaba por sorpresa. Primer fue Falcón, que recorrió todo el campo rival en un dos versus dos, pero culminó la jugada con un débil remate al arco. Luego fue Mercado, lejos su mejor actuación en Racing, quien eludió dos rivales y se vistió de asistidor al habilitar a Castromán, aunque Lucas Ischuk le ganó de mano.

El resultado estaba liquidado. Aunque con Racing no hay que confiarse hasta el final, jugadores e hinchas sabían que al menos este partido era diferente. Pero el plantel tenía que comenzar a saldar deudas con la fiel parcialidad. No se podía solamente conformar con el 3-0 del primer tiempo sino que algún grito más debían llevarse aquellas gargantas poco sacudidas a lo largo del Clausura. El mensaje lo entendió Lugüercio ya que recibió la pelota al borde del área y encaró para un lado y para el otro y finalmente pasó su marcación con un lujo y dio la asistencia para que Aveldaño, en posición de 9, empujara hacia el 4 a 0 final.

Faltaban todavía 20 largos minutos pero el cansancio producto de la gran primera etapa sumado al estado del campo de juego influyeron en la desaceleración que tuvo el equipo. Sin embargo, Adrián Lucero se movió bien por izquierda para habilitar milimétricamente a Caballero y dejarlo mano a mano en posición de gol. Pero el Lungo atacante no completó el doblete porque dirigió el remate a la posición de Ischuk.

Se puede jugar bien al fútbol pese a estar en una zona comprometida con el descenso y la Promoción. Con trabajo en la semana, todo jugador puede dar sus frutos. Esto generó Racing ante Atlético. No hay que pasar por alto dos factores que fueron determinantes en el resultado: la eficacia y la suerte. Todo jugó a favor de Racing hoy. Y, como debía ser por respeto a la historia, el día de la primera victoria debía llover como lo hizo el último día de octubre.

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