martes, 10 de noviembre de 2009

Pensar


Para comprender a fondo la situación que atañe a Racing y sus posibles soluciones hay que alejarse del problema para verlo en su totalidad. Por un momento, solo por un instante, señor lector deje el fanatismo de lado y medite, siguiendo estas líneas, las posibles reflexiones certeras fundamentadas en la razón.


La Academia ganó 4 a 0 ante un Atlético de Tucumán que disputó un partido fuera de lo común, es decir, cometiendo horrores propios de un equipo que pareciera no tener del todo claro la situación conflictiva, en cuanto al promedio se trata, en la que se encuentra inmerso. Tal actuación lo costó al conjunto tucumano la cabeza de su director técnico. ¿Acaso este inesperado y extraño triunfo por goleada debía anunciar una levantada futbolística inmediata? Para nada.

Racing ganó jugando como lo venía haciendo, tal vez un poco mejor intentando que el balón pase más tiempo rodando sobre el césped que luchando contra la fuerza del viento en el aire. Pero no más que eso. Vale recordar que en los primeros 3 tantos, los jugadores albicelestes tuvieron la suerte de que los rebotes les quedaran a ellos. La Acadé tiene graves falencias en cuanto a la generación de oportunidades para convertir, falencia que no estuvo presente en tal cotejo, pero no por eso el mundo racinguista debía haber olvidado esta limitación.

Ningún equipo puede cambiar radicalmente de un partido al otro, por más que en el medio haya asumido un nuevo entrenador. Y una goleada de semejante magnitud tampoco tenía por objeto predecir un futuro con resultados positivos. Lo único que sí podía llegar a satisfacer era la demanda por parte del plantel de una victoria contundente que levante el ánimo decaído, resultante de acumular 8 puntos de 39 en juego, de haber ganado un solo encuentro, de haber perdido 8 y del hecho de haber salido hace sólo pocos meses de la misma situación en la cual va irremediablemente encaminado el conjunto académico.

El equipo de Avellaneda tiene una gran mochila pesada que acarrea desde el inicio del torneo. Esa mochila la componen los 9 rellenos que trajo el señor que posee un don especial para ver jugadores que nadie más puede observar. Caruso Lombardi formó un plantel propio del Nacional B, con la complicidad y el visto bueno de la comisión directiva. Con futbolistas de la B, ¿Qué futuro le puede deparar al club?

Todos los comentarios sobre el papelón de Lothar Matthäus ya fueron expuestos una y otra vez por lo que no vale la pena volver sobre ello, salvo para hacer ejercitar la memoria y pensar, sólo por un instante, lo que sería este equipo con un técnico que no sabe absolutamente nada del fútbol argentino. El sólo hecho de imaginar tal situación da escalofríos. Claudio Vivas representa, en comparación a aquello, un paso adelante, por no decir 10 pasos adelante, en lo que respecta al conocimiento de la táctica y estrategia de este deporte, y más específicamente, en esta parte sureña del mundo.

Sin embargo, el pasado de Vivas como entrenador es poco alentador y, si bien fue ayudante de campo durante 15 años de Marcelo Bielsa, no pudo en su debut en esta profesión demostrar si es apto o no para dirigir en soledad a un equipo, y no acompañado por “El Loco”. Más allá de esto, recriminarle al recién llegado por una derrota que tiene como causa primera un mal armado del plantel, junto con el empleo de una táctica ultradefensiva inviable a largo plazo, no parece algo prudente.

Racing perdió ante Godoy Cruz porque es uno de los peores equipos del torneo, porque no posee jugadores calificados individualmente para sacarlo adelante y porque colectivamente el conjunto albiceleste no puede hilvanar una jugada que contenga en su haber más de 4 pases. Todas estas magníficas, por su complejidad, y terribles características de Racing no van a ser resueltas de un cotejo al otro. Habrá que ver si Vivas está realmente capacitado para remendar tantos inconvenientes estructurales. Si hay que estar seguro de algo es del tiempo prolongado que va a llevar la aplicación efectiva de tal remedio, sobre todo siendo concientes de que los 3 próximos compromisos de La Academia son, a priori, una tarea casi imposible de poder sobrellevar con éxito.

Más que en Claudio Vivas, todos los reclamos debieran enfocarse en la comisión directiva. Ellos son los primeros responsables de haber contratado tanto jugador de relleno. Ellos son los responsables de que Racing sólo piense en el descenso, porque ellos mismos dijeron que el objetivo del club nunca puede ser el de permanecer en la categoría, sino más bien el de luchar por campeonatos. De ahí que prometieran impunemente la llegada de nombres rutilantes del fútbol que jamás arribaron. Si ellos hubieran tenido un discurso más conservador, que fuera de la mano con la realidad del club, nadie les podría estar reclamando algo. Pero, señores dirigentes, ustedes le hicieron creer al simpatizante que La Academia es un club con metas más altruistas que la de salvarse de una promoción. Racing piensa en el descenso únicamente porque, por más que resulte paradójico, nunca podrá salir de tal lucha con el destino mientras los que representen a los socios no pongan todo su énfasis en resolver la hecatombe deportiva en la que se encuentra la institución. Cuando todo el mundo académico sea conciente de la proximidad del Nacional B y ponga todos sus esfuerzos por evitar tal autopista al infierno, sólo en ese momento, el mundo académico empezará a dejar de pensar en el descenso. Si es que todavía no es demasiado tarde.

Por Juan Ignacio López
juanlopez@racing.com.ar
10.11.2009 00:31

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