lunes, 31 de enero de 2011

El flaco de oro

La expectativa era grande, volvía el verde de nuestros amores a nuestro sagrado templo futbolístico, pero había un ingrediente más fuerte que hacía que nuestros corazones palpitaran con más fuerza de lo normal, volvía el mago, el flaco de oro, aquel que tantas tardes nos hizo delirar con sus jugadas y sus goles y que ahora disfrutan nuestros amigos de “La Academia” que ya lo idolatran sin haber visto siquiera la mitad de lo que es.

(Especial desde Medelín - Zubeldía1  y lapasionverdola)
Sólo fue verlo saltar a la cancha para ver la ovación que la tribuna generosa brindaba a quien fuera en los últimos años el motivo de asistencia al estadio, el flaco levantaba los brazos en señal de agradecimiento y a mí se me hacía un nudo en la garganta y sólo atinaba a aplaudir mecánicamente mientras mis manos enrojecían por la fuerza con que  lo hacía, parecía hipnotizado con la figura del “Gio” correteando en la cancha y no era para menos, tal vez nunca volvamos a disfrutar de sus piruetas, de su magia, tal vez hoy era el último momento cerca de uno de los jugadores más  grandes que ha vestido la casaca verde.
Y llegó el momento de la comunión, aquel donde hincha y jugador se hacen uno solo y el sentimiento aflora en los corazones, era contradictorio pero real, estaba aplaudiendo  un gol contra mi verde. ¿Sacrilegio?, no creo, sólo fue una muestra de cariño hacia aquel que tantas alegrías nos brindó, no era gol de Racing, no era el empate de la acadé, era gol del “Gio” Moreno, aquel que aún sentíamos como nuestro y por eso el aplauso de su hinchada. Aplaudíamos con respeto, como una manera de retribuirle y reconocerle al flaco, tantas tardes maravillosas con la camisa verde, tardes que seguramente el tiempo no podrá borrar.
Eso lo entendió muy bien el técnico Russo, quien se quiso sumar a la fiesta y lo sacó faltando poco para terminar el partido, para que quedara la certificación del amor del hincha verde con el flaco, todos nos pusimos de pié y aplaudimos durante un instante que se grabó para siempre en nuestras mentes y en nuestros corazones, era el adiós a un grande,  que con sus brazos en alto mostraba su gratitud y su amor hacia esta hinchada que nunca se cansó de aplaudirlo y que desde la distancia seguirá sus pasos y cantará sus goles.
Seguro que hoy nacieron miles de hinchas más de Racing, pues allá está “Gio” y seguir al flaco de la zurda mágica es lo que anima a cualquiera que se deleita viendo fútbol.
Buen viento y buena mar flaco, qué suerte tiene la Acadé de tenerte y sus hinchas de disfrutarte.
Fotografía gentileza: Mauricio Cadavid - lapasionverdola

www.racing.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario