Simeone estaba caliente y deslizó varias frases que proyectan una semana de reflexión. “Hablaremos entre todos. Preguntaremos por qué nos relajamos”, tiró. Sin embargo, afirmó que “sin jugar bien, tuvimos las chances más claras” y evitó bajarse de la pelea: “Falta mucho”.
El técnico estaba enfadado. Muy enfadado. Bueno, sí, caliente, en verdad. Por el empate en casa, claro. Porque lo tuvo ahí, y sí. Porque se le escapa Boca, también. Pero más por la actitud. Por la indecisión. La desinteligencia, el atolondramiento y la timidez. Y, en resumen, por lo poco que le duró el sabor de la victoria.
“Fue un partido que nos encontró ganando muy rápido. Después, el equipo no encontró la pelota, no pudo presionar y eso llevó a que retrocediéramos. Sin tener situaciones de gol, el equipo rival nos fue metiendo cerca de nuestro arco y llegó el gol de ellos”, analizó, desilusionado, Diego Pablo Simeone. “En el final del primer tiempo ya nos animamos a salir un poquito más y el segundo tiempo fue diferente. Tuvimos ganas y voluntad, pero nos faltó juego. El equipo, sin jugar bien, mereció ganar, por las situaciones de gol que fueron bastantes claras: la de Hauche, la de Teo. Tuvimos las chances más importantes para ganar, pero el equipo no jugó bien”, explicó. Y agregó: “En el segundo tiempo con Viola, Lugüercio, Hauche, Teófilo fuimos más ofensivos. Pero no jugamos bien, a mi no me gustó cómo jugamos”. De todas maneras, continuó desmenuzando el encuentro: “No pudimos recuperar la pelota y, si no se recupera, es imposible tenerla. Y cuando la tuvimos nos apresuramos, intentamos ir mucho más rápido y eso hacía que la volviéramos a perder. Esos puntos nos impidieron continuidad en el juego”. Pese a la bronca, el técnico resaltó que “en un clásico tener dos mano a mano no es fácil”.
Una muestra de la rabia del Cholo fue la respuesta ante la consulta de por qué se relaja tanto el equipo, con el resultado a favor, en vez de buscar liquidarlo: “Charlaremos, preguntaremos…”, dijo sin más. “El responsable de que mejore la situación ésta soy yo”, contestó a la pregunta por el continuo retroceso de su elenco. Sin embargo, más adelante encontró un argumento válido para este hecho repetitivo: “El equipo estuvo acostumbrado a perder muchos partidos en el torneo pasado. Ahora se vio en ventaja y enseguida retrocedió”. Y, frente a la insistencia periodística, remarcó: “Hablaremos un poco entre todos”. En cambio, irónico fue al responderle la inquietud a un colega sobre el desaprovechamiento de la calidad del plantel y la ausencia de juego asociado: “Seguramente por responsabilidad mía”. Se notaba, en realidad, que el enojo era con sus dirigidos. En síntesis, entonces, ¿para qué está Racing? “Esa es una buena pregunta y esa va a ser la charla en la semana”, lanzó, tajante. A esa altura, la incertidumbre era qué intercambiaría durante estos días con el grupo. Y Simeone no tuvo inconvenientes en soltar que “lo importante es estar comprometidos”.
No obstante, el entrenador albiceleste evitó bajarse de la lucha por el torneo: “Yo veo que todavía falta mucho y es apresurado, más allá de cualquier resultado del que va hoy primero (Boca), decir que ya está. El campeonato argentino sabemos cómo es, muy cambiante, todos los equipos tienen altibajos… Yo me preocupo por mejorar nosotros. Eso me tiene pensando continuamente…”.
Sobre el final, elevó la súplica para que Toranzo y castro vuelvan lo más pronto posible: “Esperemos que estén en los próximos partidos, así podemos ser más competitivos. Las ausencias de ellos son importantes en el plantel”. Contó cuál será el foco del trabajo a futuro: “Tenemos que mejorar en el volumen de juego, en la regularidad”. E intentó llevar tranquilidad al hincha de Racing, y afirmó: “Quieto no me voy a quedar, eso seguro”.
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