viernes, 11 de diciembre de 2009

River 2 - 0 Racing


En su visita al Monumental, La Academia pagó caro la falta de definición y perdió por 2-0 con tantos de Buonanotte y Abelairas. Con un polémico arbitraje de Diego Abal, el equipo dirigido por Claudio Vivas no logró conseguir su tercera victoria al hilo.


El Torneo Apertura comenzó a escribir sus capítulos finales y Racing buscaba adornar con otro triunfo un certamen para el olvido. Con la confianza de haber conseguido dos victorias de forma consecutiva por primera vez en el certamen, River se presentaba como otro obstáculo de suma relevancia para encarar la próxima temporada con mayor optimismo.

Con esa mentalidad, el comienzo del cotejo se mostró acorde a las necesidades del conjunto de Avellaneda, que desde el minuto inicial demostró claros indicios de querer inclinar las acciones sobre el área que defendía Daniel Vega. Con Sebastián Grazzini como conductor abriendo los espacios para la llegada de los volantes y un Pablo Luguercio con su habitual dinámica, el elenco académico generó las primeras situaciones.

De entrada, Claudio Yacob avisó a los 5´ con un cabezazo certero que contuvo con oportunismo el arquero local. Dos minutos más tarde, Juan Carlos Falcón fue asistido por derecha con libertad y habilitó a Rubén Ramírez, quien preparado para definir recibió un claro y evidente empujón por parte de Paulo Ferrari dentro del área: Penal y expulsión por último recurso a los ojos de todos, menos del encargado de sancionarlo, Diego Abal. El mismo, tampoco advirtió un agarrón sobre el capitán Claudio Yacob minutos más tarde, perjudicando nuevamente a los dirigidos por Claudio Vivas, quienes ya evidenciaban su malestar con el rendimiento arbitral.

Controlando el balón en la mitad de la cancha, La Academia continuó en busca de la apertura del marcador, y luego de un gran desborde de Luguercio, Adrián Lucero lo tuvo para definir de cabeza pero Vega encontró nuevamente la pelota. Instantes posteriores, Grazzini tomó un rebote dentro del área con su pierna derecha, pero al no ser su pierna más hábil el remate no implicó peligro.

Manteniendo firme la presión, los espacios en defensa aparecieron y River dijo presente en esta crónica. Gustavo Bou recibió un pase habilitador y quedó cara a cara con Jorge De Olivera, quien contuvo con su rostro el remate del delantero. Respondiendo con inmediatez, Luguercio encaró la contra desde la mitad del campo y arrastrando rivales se abrió un espacio por izquierda, pero su falta de egoísmo lo motivó a descartar la posibilidad personal y la jugaba concluyó con un pase al medio interceptado.

La dinámica que ofrecía Racing fue disminuyendo con el correr de los últimos minutos y el desarrollo se emparejo. A los 30´, Buonanotte ejecutó un tiro libre que impactó en la mano de Lucero, que integraba la barrera, y el juez del encuentro marcó un penal que el mismo ejecutor cambió por gol.

En desventaja, el equipo albiceleste intentó retomar la iniciativa, y tuvo en los pies de Gabriel Mercado el empate, pero su disparo se fue desviado. Posteriormente, Abal volvió a ser responsable dentro del desarrollo del cotejo, sancionando una inexistente infracción de Lucas Aveldaño sobre Funes Mori, que Matías Abelairas transformó en el segundo tanto para el elenco conducido por Leonardo Astrada.

Inmerecidamente, la primera etapa concluía con una diferencia que se contradecía de lo acontecido en las acciones del juego y se esperaba un inicio del complemento con la similar postura ofensiva del comienzo para revertir el resultado adverso. Nada de esto ocurrió.

Sin la misma claridad para manejar la pelota y padeciendo la ausencia de Grazzini, que debió salir por lesión, River controló sin inquietarse los primeros minutos, donde Racing se mostró desorientado y necesitado de un conductor que empuje con distribución al equipo.

Los ingresos de Damián Steinert y Brian Lluy, por Grazzini y Gabriel Mercado respectivamente, no aportaron la dinámica y la verticalidad que buscaba el entrenador y mientras un River sin apuro aguardaba con cautela para salir de contra, la desesperación se evidenciaba en la falta de precisión.

Con un final de ida y vuelta, Racing buscó con pocas ideas el tanto del descuento, pero el arco permaneció cerrado. Un cabezazo de Yacob, un remate de Steinert, luego de una gran jugada personal de Luguercio, y un mano a mano que tuvo Pablo Caballero, que ingresó en lugar de un pálido Ramírez, fueron las ocasiones finales que tuvieron el mismo desenlace que el cotejo en sí. River, con muy poco, se quedó con tres unidades que valían el doble para Racing, gracias a la contundencia para aprovechar las falencias arbitrales.

De todas maneras, el nivel del equipo deberá evolucionar de forma inmediata, ya que el próximo compromiso será el domingo que se avecina ante Chacarita, donde La Academia buscará culminar un certamen para el olvido de forma óptima, para luego comenzar a diagramar el plantel que tendrá la misión de asegurar la permanencia y derrotar una nueva crisis futbolística.

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